Todos los tonos que sean suaves van a funcionar muy bien. Esto también te va a permitir que te puedas dar el lujo de utilizar uno que te guste mucho y convertir ese espacio en uno bien personalizado.
El truco es que ese color que te gusta, lo utilices en un tono suave para que se convierta en pastel. Debemos evitar los que son brillantes y llamativos porque nos brindan una sensación de alerta o pueden robar nuestra atención. Lo que realmente queremos es concentrarnos en nuestras mentes.
El blanco es un buen aliado para generar más sensación de espacio ¡Combínalo siempre con él!
Esperamos que te hayan gustado los consejos ¡Es momento de ponerse manos a la obra!