Su ímpetu constante, su apariencia incesante y su pedigrí perfectamente equilibrado le han otorgado al diseño oriental una reputación de ser una de las dinastías de diseño más poderosas y memorables que existen. 

Superficies elegantes de maderas oscuras y lacadas, linternas decorativas de cerámicas para ser tenuemente iluminadas, adornos de madera meticulosamente tallados, textil rico en estampados y esculturas de deidades y de ritos propios de la región en diseño de poliresina. 

Paletas de colores que combinan a menudo con neutros cálidos y tonos rojos saturados y fuertes (considerado el color más afortunado en la cultura china), negros y dorados, además de algunas apariciones de tonos en madera.